by P. Fabio Marín Morales, C.Ss.R. Ntra. Sra. de Guadalupe, Newton Grove, Carolina de Norte
Tras el trabajo misionero y testimonio de vida cristiana y religiosa de los Misioneros Redentoristas en los últimos diez años después de sesenta y dos años de ausencia de la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe en Newton Grove, Carolina del Norte, diócesis de Raleigh, un grupo de dieciséis personas, en su gran mayoría parejas de esposos, se han incentivado a conocer y vivir más de cerca la espiritualidad y carisma redentorista inspirado por nuestro padre fundador San Alfonso.
Las reuniones quincenales que se han estado realizando desde el 18 de marzo de 2024, han ido llevando a los asociados al conocimiento de la obra redentorista mediante el estudio del Directorio para la Misión Compartida, rasgos de la vida de nuestros santos redentoristas, y escritos de San Alfonso.
Gran riqueza del grupo es la diversidad cultural, formación religiosa y académica que todos los miembros, venidos de diferentes países hispanos, han adquirido de sus tradiciones familiares y culturales. Todo en conjunto es un gran aporte para la misión evangelizadora de las familias y nuestra Iglesia.
El crecimiento espiritual misionero lo han ido adquiriendo en la oración, retiros, formación catequética, liderazgo de grupos de pareja matrimoniales, jóvenes adultos para Cristo y participación en los ministerios extraordinarios de la comunidad parroquial. Con todo ello los asociados redentoristas se han decidido a abrir su corazón a la acción del Espíritu Santo, permitiendo que Éste los guíe en su deseo de participar activamente en la formación y espiritualidad redentorista.
El proceso que los asociados redentoristas están viviendo, no es solo de aprendizaje, sino también de servicio pastoral. El desarrollo de una espiritualidad misionera implica reconocer que cada acto de amor, oración, sacrificio y ayuda a los demás es una forma de llevar el mensaje de Cristo a la vida cotidiana, es por eso que nuestros asociados redentoristas se empeñan por estar cada día más y más dispuestos a vivir esta dimensión misionera en sus quehaceres cotidianos tanto en sus familias como en la comunidad parroquial.
Cada uno de los asociados, con sus talentos, dones, capacidades y experiencias de la vida, se suma al esfuerzo común de nuestra espiritualidad y tarea evangelizadora redentorista. Rompiendo con los desafíos del mundo presente, aprendiendo de las fortalezas del otro y colaborando en un clima comunitario de oración, respeto y fraternidad, buscan una causa común: Caminando tras las huellas del Redentor, en un mundo herido por el pecado, infundir la esperanza del amor y la misericordia de Dios a todos sus hermanos. †