Hola qué tal espero que se encuentren muy bien. Soy el padre Manuel Chávez  y soy un misionero redentorista de la provincia de México, hoy voy a contarte algunas cosas importantes de mi historia vocacional. Esta empieza creo que desde niño. Desde que tenía uso de razón. Recuerdo que siempre existió un sentimiento si lo pudiera definir altruista. La verdad es que sabía que era algo solamente mío, y nunca lo externé a nadie de mi familia o mis amigos, simplemente es algo que estaba presente.

Cuando tenía 12 años, me di cuenta de que ese sentimiento seguía creciendo, pero no sabía cómo compartirlo con los demás. Pasado el tiempo tuve la oportunidad de estudiar el bachillerato con los redentoristas en San Luis Potosí, la verdad con mucho miedo, dado que yo desconocía del mundo religioso pero aun así me aventé. Conforme iba creciendo y me iba dando cuenta del carisma de la congregación descubría que verdaderamente este estilo de vida podría ser una posibilidad para mí. Honestamente, las cosas se fueron dando a través de ciertas experiencias como la Semana Santa y algunas otras cosas que realizábamos los fines de semana como la catequesis y todo eso. El asunto es que, era un mundo que me estaba empezando a gustar mucho.

Pasando el tiempo decidí continuar con mi formación en San Luis Potosí posteriormente ingresar al postulantado en Guadalajara, Jalisco donde estaba realizando los estudios de filosofía, para ese  punto creo que mi vocación estaba más clarificada y me había dado cuenta que verdaderamente Dios me estaba llamando a través del servicio con los más necesitados. El tiempo en Guadalajara fue muy significativo para mí porque aprendí a ser mucho más independiente y sobre todo que mi familia entendiera mi proceso vocacional. Tenía más herramientas para explicarles qué es lo que yo quería para mí.

Seguido a eso con mis compañeros de generación nos fuimos un semestre a la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua porque allá teníamos una comunidad. Fue ahí donde confirmé que verdaderamente esto era lo mío. Terminada esa experiencia nos fuimos a Colombia para vivir el noviciado con otros jóvenes de diferentes países de Latinoamérica, fue un tiempo muy interesante.

Finalizada esta experiencia nos fuimos para El Salvador a realizar los estudios de teología los cuales los concluí en la Ciudad de México, sin lugar a dudas también la experiencia de teología me vino a confirmar que mi vida y todo lo que yo soy se entiende a través de las coordenadas redentoristas. Tengo muy presente que mis inquietudes fueron acompañadas por distintos formadores, distintas personas de nuestras comunidades que nos quieren mucho, mi familia por supuesto que me cuestionaba sobre lo que yo quería, mis amigos también son parte fundamental de mi historia vocacional, pero esencialmente la gente a la que servimos son el principio de todo lo que hago. Mis cohermanos de comunidad definitivamente son clave para entender la vida comunitaria y lo que es san Alfonso quiere de mí.

Te soy honesto creo que mi vida como redentorista ha sido muy feliz, me considero afortunado por tantas cosas que he vivido en compañía de mis cohermanos, no te puedo decir que todo es perfecto porque eso no existe o por lo menos creo que estamos buscando ser mejores, pero si puedo compartir que lo que sentí desde niño, aquí lo he realizado, y doy gracias a todas las personas y circunstancias que me ayudaron a tomar una decisión basada en mi libertad y en lo que yo soy. 

Vocational History

by FR. JOSÉ MANUEL MEZA CHÁVEZ, C.Ss.R.

Hello, I hope you are doing well. My name is Father Manuel Chavez, I’m a Redemptorist missionary of the province of Mexico. I’d like to tell you my vocation story. 

It started when I was a child. Since I had the use of reason. I remember that there was always a feeling, if I could define it as altruistic. The truth is that I knew that it was something that belonged to me alone, I never shared it with anyone in my family or my friends, it was just something that was present.

When I was 12 years old, I had this feeling that was growing inside of me, but I didn't know how to share it with others. One day I had the opportunity to go to high school with the Redemptorists in San Luis Potosi.  The truth is I was very afraid, since I didn't know anything about the religious world, but I still took the risk. As I grew older and became more aware of the charism of the congregation, I discovered that this way of life was possible for me. Honestly, things were happening-- experiences like Holy Week and some other things we did on the weekends like catechesis and all that. The thing is, it was a world that I was beginning to like a lot.

As time went by, I decided to continue my formation in San Luis Potosi and then enter a period of postulancy in Guadalajara, Jalisco where I was studying philosophy. My vocation was being clarified and I realized that God was calling me to serve to those most in need. The time in Guadalajara was very significant for me because I learned to be independent also, I felt support from my family to consider more seriously my vocation. Finally, I had the ability to tell them that I was being called.

When my studies were finished, I went to the Redemptorist community in the Sierra Tarahumara in the State of Chihuahua along with my classmates. It was there that I knew that this was what I wanted. After that experience we went to Colombia for the novitiate with other young people from different Latin American countries, it was a time of growth and blessing.

Following novitiate we went to El Salvador where I began my study of theology, this concluded in Mexico City. Undoubtedly the experience of theology also confirmed that my life and all that I am is understood through the Redemptorist experience. 

Throughout this time, I was guided by formation directors and many people in our communities who I know love us very much.  My family of course questioned me about what I wanted. My friends are also a fundamental part of my vocational story, but essentially the people we serve are the starting point of everything we do. My brother Redemptorists are key to understanding community life and what St. Alphonsus wants from me.

In all honesty, my life as a Redemptorist has been very happy, I consider myself fortunate for so many things I have experienced together with my confreres. I cannot tell you that everything is perfect because it isn’t. But we are always trying to improve ourselves. What I can tell you is that what I felt as a child has come to fruition.  I want to thank all the people and the circumstances that have helped me to make a decision based on my freedom and who I am.